El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) ha publicado el informe Perú: Estado de la Población en el año del Bicentenario, 2021. En el estudio efectuado se pone atención a aspectos como la evolución del tamaño de la población, su diversidad étnica, los cambios en la estructura por edad, el comportamiento de las variables económicas y sociales, la situación de la mujer y el acceso a la salud sexual y reproductiva, asuntos todos que influyen en la calidad de vida de la población.
Los estimados apuntan que en 2021 la población es de 33 millones 35 mil habitantes. Cuatro de cada cinco peruanos (81,5%%) viven en ciudades. En 1940 Lima reunía a 9,1% de la población nacional; en 2021, 29,6% de los habitantes se concentran en la capital. Dos tercios de la población vivía en la sierra (65%) en 1940, proporción que en 2021 se redujo a algo más de un cuarto (27%); al mismo tiempo, el porcentaje de población en la costa creció de 28,3% en 1940 a 58,8% en 2021. De acuerdo al Censo de 2017, uno de cada cinco habitantes (19,5%) había migrado a su nivel de residencia actual y los departamentos que más población emigrante habían generado porcentualmente eran Huancavelica, Apurímac, Pasco y Ayacucho.
El informe recuerda que entre 1995 y 2019 el producto bruto interno se multiplicó casi por seis (5.9), aunque en 2020 disminuyó debido a la pandemia. Por la misma razón, la pobreza monetaria –que había descendido de 58,7% en 2004 a 20,2% en 2019– abarcó a 30,1% de la población en 2020. Asimismo, ese año la pobreza extrema afectó a 5,1% y la desigualdad, que había venido reduciéndose, regresó al nivel de 2011. En ese cuadro, el gasto público en materia social, que se había mantenido alrededor del diez por ciento del PBI, en 2020 saltó a 14,6.
La población en edad de trabajar aumentó, entre 2001 y 2020, en casi siete millones de personas, a un ritmo promedio anual de 360 mil personas. La participación de las mujeres en la fuerza laboral creció significativamente (6 puntos porcentuales), mientras que la de los hombres apenas varió pero en 2019 se mantuvo 17 puntos por encima de la femenina. En 2020 en condición de informalidad se hallaban 3 de cada cuatro trabajadores, siendo esa condición algo mayor entre mujeres que entre hombres.
Como en muchos países del mundo, la disminución de la mortalidad y de la fecundidad en el Perú da lugar a una reducción del crecimiento de la población así como a su envejecimiento. Como resultado de ambos fenómenos, la estructura poblacional por edades ha cambiado. En 1940 los peruanos entre 0 y 14 años constituían 42,1% del total; para 2021 se estima que son 24,5%. Paralelamente, entre 1940 y 2021, los mayores de 60 años doblaron su peso porcentual al pasar de 6,4% a 13%. Estos últimos –que son el grupo de edad que crece más rápidamente en el país– aumentaron marcadamente a partir de 1972.
La tasa global de fecundidad ha caído a menos de un tercio en setenta años. De 6,9 hijos por mujer en 1950 pasó a 1,9 hijos por mujer en 2020. El informe anota que la mayor escolaridad y la mayor participación en el trabajo, así como en general una participación más activa de la mujer en la escena pública, inciden en esta disminución.
En treinta y cinco años (1986 a 2020) el embarazo adolescente disminuyó a la mitad: de 79 a 39 nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y 19 años. La disminución es mucho mayor entre la población urbana. En 2020 los departamentos de Loreto, Cajamarca y Tumbes presentaron el mayor porcentaje de adolescentes alguna vez embarazadas. El uso de algún método anticonceptivo moderno, que en 1986 abarcaba a 45,8% de mujeres en edad fértil, era de 77,4% en 2020.
De particular importancia es lo ocurrido en la tasa de mortalidad infantil, que en 1950 era de 159,5 niños por cada mil nacidos vivos y en 2021 se redujo a 12,5. Tal cambio está relacionado con el incremento de la atención profesional prenatal, que en 1986 cubría apenas a 54,6% de las mujeres embarazadas y en 2020 llegaba a 98,1%. La atención en el parto muestra datos similares. La anemia infantil descendió 27,8 puntos porcentuales entre 1996 y 2020, y la desnutrición crónica bajó, entre 2009 y 2020, 11,7 puntos porcentuales hasta afectar en el último año a 12,1% de niñas y niños.
Asimismo, el número de defunciones por cada mil habitantes ha pasado de 22,1 en 1950 a 5,8 en 2019. Y la esperanza de vida al nacer, que en 1950 era de 43.8 años, saltó a 76,7 en 2019. El crecimiento poblacional se redujo a la mitad en esos 71 años, de 2,6% anual a 1,3%.
Una novedad aportada por el Censo de 2017 ha sido la autoidentificación de uno de cada cuatro peruanos (25,7 %) como de origen indígena, al tiempo que tres de cada cinco (60,2%) se declaraban mestizos. En concordancia, algo más de 22 millones peruanos indicaban el castellano como su lengua materna en tanto 4 millones 390 mil registraron otra lengua, principalmente el quechua (3 millones 735 mil).
Estos son algunos de los datos contenidos en este importante informe producido por el INEI. La información proporcionada en este trabajo, con datos a los que usualmente no se presta suficiente atención, traza un paisaje social que resulta indispensable para el diseño de políticas públicas.